viernes, 18 de diciembre de 2009

Pequeños Ángeles

ANGEL MÍO

Te formó un soplo invisible de amor eterno,
te nombró la visión de un futuro que jamás viviste,
te arrullaron el llanto, la desesperación y el temor,
te invocaron deseos de quienes nunca conociste,
te dieron calor corazones demasiado fríos;
que te abandonaron en la confusión, ángel mío.

Tus labios de miel aún tienen palabras que nunca pronunciarán,
tus manos de papel todavía quieren sentir aquella piel,
tus ojos de cristal añoran ver la luz aunque sea sólo una vez,
tus oídos de cartón aún sueñan con la voz que llora y canta,
tu corazón de trapo guarda aún todo el amor que darías
y que espera ansioso por ella y por mí, ángel mío.

Canción de cuna de tristeza inolvidable,
perdón por decisiones que no tienen nombre,
error tras error que no tienen culpables,
conciencia rota de quienes aún no te responden,
pues aunque te amen, no tienen cómo justificar;
por qué, ángel mío, no te dejaron volar.

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